La computación basada en nube rápidamente se está convirtiendo en la comida rápida de la industria de TI. En vista de esto, es rápido, barato y fácil de implementar, pero a medida que las organizaciones contemplan un cambio a este método de brindar servicio que causa tanto revuelo, existe una cantidad de preguntas que deberían plantearse para evitar quedar con un mal sabor de boca.
El problema al que se enfrentan muchos tomadores de decisiones no es hacer el cambio, sino cómo hacerlo. Este trabajo no es algo fácil con un mercado inundado con ofertas. En términos simples, una nube pública se caracteriza por tener disponibilidad para los clientes de un proveedor de servicio de terceras partes vía internet. Gmail y Hotmail se caracterizan por la nube pública. Por otra parte, un servicio privado basado en la nube, información y procesos se administra dentro de la organización, o se alojan en un centro de datos y no es accesible vía internet.
Al comparar la computación basada en nube pública y privada, la seguridad es el elefante en el cuarto y es algo que ninguna organización debería dejar pasar.